No es suficiente el alto costo de los combustibles ni el elevado costo de operacion que tiene a este sector a punto de darse por vencidos y a esto se le suma el llamado impuesto de guerra.
esta situacion a llevado a muchos puntos de taxis a cerrar operaciones dedibo a las amenazas recibidas y la poca ganancia obtenida
Ante esa situación muchos, puntos de taxis pequeños se vieron en la obligación de cerrar, mientras que los más fuertes continuaron sus labores, pero ahora están considerando retirarse de funciones, porque en algunos sectores los pandilleros les cobran hasta sesenta mil lempiras semanales (60,000.00)

Para el caso, a finales del año anterior dejaron de funcionar los puntos de la colonia Tiloarque, frente a la empresa de Transportes Cristina; tambien la que estaba frente al Instituto Central Vicente Caceres.
Asimismo, los taxistas que tienen la ruta de las colonias Kennedy, Hato de Enmedio, Betania, están pensando en dejar de funcionar, pues ya no soportan a los pandilleros exigiendo cantidades exageradas de dinero.
Esa situación, más que afectar a los ruleteros, es un problema para los usuarios que tienen que buscar la forma para desplazarse a sus centros de trabajo o viajar en autobus, los cuales son mucho más inseguros.
Agentes de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC) indicaron que el problema con ese tipo de delito es que los afectados jamás interponen la denuncia, por temor a represalias.
Según indicaron eso se debe a que los mareros amenazan a los motoristas con matarlos a ellos o a sus familias en caso de poner en aviso a las autoridades de la Policía, lo cual a criterio de los detectives es un error.
Esa situación es aprovechada por los mareros que extorsionan a los ruleteros para que les paguen esas tremendas sumas de dinero o, de lo contrario, matan de a poco a los conductores
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